El agua fresca en ese día tórrido nos llamaba. Corrimos hacia la orilla y nos sumergimos en la marea plena. Las olas estallaban en la orilla creando encajes de espuma y con su fuerza mecía nuestros cuerpos hacia dentro y afuera. Nos dejamos llevar por el vaivén hasta que estuvimos todos dentro y luchando contra los envites de las olas nadamos hacia el interior sintiéndonos libres.
Estoy de guardia... y coincido con la hermana de Ana Salguero... y qué sorpresa!! cuando pregunto por ti, me enseña esta página... peazo de artista que estás hecha... me encanta, enhorabuena!!!
ResponderEliminarGloria Lobón.
Muchas gracias Gloria. Un beso ¿qué de tiempo sin verte? ¡Por Dios¡
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